miércoles, 5 de diciembre de 2012

Dios (no) te ama!

El otro día estaba pensando estupideces, como hago muy a menudo, y me di cuenta de una cosa que antes había pasado inadvertida. No soy una persona creyente(desde ya aviso) para nada, pero me di cuenta de que Dios me ama, al igual que a la gente que conozco, y voy a compartir con ustedes mi reflexión, a ver si a alguien más le sirve, o si alguien después la quiere pensar, o si la quieren leer y que después les importe un pepino, o si la quieren imprimir y usarla de papel sanitario. Para lo que quiera que la vayan a usar, acá va:

Dios me ama, porque tengo buena salud. Pero Dios no ama al tipo ese que le diagnosticaron cáncer hace un par de días, y le dieron una esperanza de vida de un par de años. De pura agonía e impotencia, sabiendo que no importa lo que haga, su vida se va a acabar en ese lapso que le dijeron, o quizá un poco más.

Dios me ama, porque puedo ver, oír, hablar, y disfrutas de mis cinco sentidos. Pero Dios no ama a aquel otro que nació mudo, o sordo, o ciego, o más de una juntas. Al que se le privó desde nacimiento lo que es algo tan banal, como ver una película, o escuchar un tema de tu banda favorita, o poder pronunciar una misera palabra. Lo que para nosotros es algo cotidiano a lo que no le prestamos la más mínima atención, es el sueño de alguna de las personas que nombré.

Dios me ama, porque tuve la oportunidad de estudiar, puedo comer a diario, y vivo en una casa en la que, por suerte, no nos falta nada, tampoco es que sobre, pero no soy pretencioso. Pero Dios no ama a aquellas personas que nacieron en África, por ejemplo, que no saben siquiera lo que es una escuela primera, una secundaria, ni qué hablar de una carrera universitaria. Que tampoco saben lo que es un plato de comida en la mesa al mediodía o a la noche, o ni siquiera todos los días. Ni hablar de una casa. Pero, sin ir mucho más lejos, veamos uno de esos asentamientos, tan frecuentes en mi provincia (Mendoza). No hay que ir hasta África para ver pobreza, con que se tomen un colectivo alcanza y basta.

Dios me ama, porque nací en esta época. Ya que si hubiera nacido hace un par de siglos, los mismos "hombres de Dios" se hubieran encargado de ponerme en una hoguera, en una horca, o haberme cortado la cabeza. Tal y como le pasó a tantísima gente en las cruzadas, los juicios de Salem, la "colonización" de América, y tantos otros escenarios. Todos hombres y mujeres, asesinados por creer en algo distinto, o simplemente por pensar distinto.

Dios me ama, porque nunca me han asaltado ni agredido físicamente en la vía pública(las 2 veces que lo intentaron corrí, y antes de fumar corría rápido). Pero no ama al que lo asaltaron la semana pasada, le dispararon a quemarropa y ahora está muerto aunque, no obstante, si ama al que le disparó, porque dejó que se escapara con su botín y no dejó que la policía lo atrapara. Y bueno, si lo atraparon, sale en un par de años para volver a hacer lo mismo de nuevo. Mucho menos ama a la familia de esta persona, a la que le trajo tanto sufrimiento y tanta bronca e impotencia.

Aunque pensándolo bien, quizá no me ama tanto como aquel que vive en un mega edificio de lujo y le sobra la guita, o a aquel que con 21 años(mi misma edad) ya está recibido y ejerciendo su profesión, o a ese otro que es una persona brillante, o a aquel al que le dio una facilidad natural para los deportes, y muchos otros que les va mucho mejor en la vida que a mí. Un claro ejemplo de esto es el viejo que vive en la mansión Playboy, nadie es tan amado por Dios como él. Quizá no le caigo tan bien, y decidió hacerme mediocre, uno más del montón, vaya uno a saber.
Pero falta otro detalle más, ahora que me acuerdo, no creo que Dios me ame, porque no creo en él, entonces según su Dios, o más bien una parva de creyentes(remarco, UNA PARVA) dicen que me voy a pudrir en el infierno por toda la eternidad, porque soy un blasfemo, agnóstico, y toda esa bazofia. Ese Dios, como lo venden, se me asemeja más a una quinceañera caprichosa en un concurso de popularidad, donde si no creés en él, al infierno, a jugar al Poker con Satanás y Saddam Hussein. La verdad me parece más eso que acabo de nombrar, y no un ser omnipotente, lleno de bondad y amor, creador de planetas, estrellas, sistemas solares y la mar en coche.

Así que, bueno, si ése es el Dios en el que creen, me parece perfecto. Yo prefiero seguir siendo agnóstico, y pensar que si el mundo en el que vivimos es como es, la verdad es que mejor que no exista Dios. Porque si Dios existe nos odia, y mucho. Y no somos más que una granja de hormigas y él es un nene grande con una lupa. Para cerrar les dejo una frase de Epicuro, que fue la que básicamente me llevó a esta reflexión y plantearme esta idea, además de todo lo que veo día a día.

“¿Dios está dispuesto a prevenir la maldad pero no puede? Entonces no es omnipotente. ¿No está dispuesto a prevenir la maldad, aunque podría hacerlo? Entonces es perverso. ¿Está dispuesto a prevenirla y además puede hacerlo? Si es así, ¿por qué hay maldad en el mundo? ¿No será que no está dispuesto a prevenirla ni tampoco puede hacerlo? Entonces, ¿para qué lo llamamos Dios?."

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